Night.

Y ahora le tengo miedo a las noches. Esas noches en la que la oscuridad me atrapa y mi mente viaja más lejos de lo que me gustaría. En las que te veo tras los párpados cerrados, no sé si con el motivo de torturarme o porque te gusta hacerme compañía. Una compañía que duele y me destroza, en la que siento tu respiración sobre mi cuello y los latidos de tu corazón bajo tu pecho aún teniéndote tan lejos. Y solo quiero alcanzarte, pero siento que me voy quedando atrás mientras tú sigues brillando tanto como siempre. Y solo pido que sigamos compartiendo ese brillo. Aquel que nos hizo especial. Que no te olvides de mí, que no me dejes ir... No me dejes ir. 

Aún recuerdo cada una de tus palabras, cada uno de tus actos, cada una de tus caricias, cada una de tus miradas. Revivirlo todo una vez más, en un círculo infinito, es lo único que pido en las noches. No quiero que todo se vuelva borroso y desaparezca. Quiero que me sigas recordando por qué te quise y por qué aún te quiero. Por qué no puedo estar con nadie más si no es contigo. Nunca quise enamorarme, pero caí, y no quiero caer. Me gustaría verlo todo desde el punto más alto, junto a tí. Poder sentir tus suaves besos bajo una capa de estrellas o de fuegos artificiales, sabiendo que me perteneces y que te pertenezco. Que todas tus palabras son reales y que nunca más nos harán dudar. Pasar una noche a tu lado, sintiendo la presión de tu cuerpo sobre el mio, pero esta vez real.