Desde el principio, empieza fuerte, mostrando ya que Tess (la protagonista) tendrá más que un problema, ya no solo en el tema "familiar" o "de trabajo" si no, con motivos sobrenaturales.
Para mi gusto, Claudia Gray ha sabido darle originalidad a este tema del Titanic, mezclándolo con algo "ficticio". Hombres lobo.
Además de todo eso, la escritora ha sabido adaptarse a cualquier tipo de personaje, desde el más perverso y débil, a la más dulce y fuerte. Por lo que hay un gran remolino de diferentes personajes. Realmente, te muestra cada tipo de persona que te podías encontrar en aquella época y, para qué engañarnos, también en la que vivimos hoy en día.
Me atrevo a decir que Tess es una de los mejores personajes que he leido. Admiro su fuerza de voluntad, su fe en conseguir algo realmente dificil y sus ganas de seguir luchando a pesar de que todo se haya "ido al traste". Y, después, está el perfecto Alec. Rizos castaños claros rozándole los ojos, ay. *siento mi fangirleo*. Alec, aquel chico protector que no quiere sentirse culpable, que se odia a sí mismo por lo que es capaz de hacer hasta que se da cuenta de que puede tenerlo todo; de que Tess está a su lado. Lo que empieza como una mera protección, reencontrados por el destino, termina en una grata historia de amor.
Tras la descripción física de los personajes protagonistas, ocuparon mi mente Britt Robertson como Tess y Daniel Sharman como Alec. Inevitable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario