Y llega el momento en el que te preguntas: ¿qué ha pasado?, ¿qué ha cambiado?, ¿por qué no es como antes?. Y tu madre te susurra: ¿Acaso esperabas algo diferente?. Y lo peor de todo es que tiene razón.
Me había hecho ilusiones de seguir siendo parte de una familia que se rompió hace algún tiempo, y dejó de existir.
Atraviesas el marco de la puerta, abriéndote paso en un lugar en el que piensas que te vas a encontrar cómoda, dispuesta a aprender tanto como puedas y forjarte un buen futuro. Pero las horas pasan y pasan, y en lo único que piensas es en huir, en escapar de aquella realidad tan falsa. Porque miras a uno y a otro y dudas de la sociedad. Sí, de lo que soy parte pero, por suerte, puedo decir, que soy diferente a toda esa sociedad. Soy parte de ella, pero NO soy de ese tipo sociedad.
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