Un maldito avión nos separa pero, ¿qué más da? Si a mí no me importa, ¿por qué le importa a él? Todos sabemos la respuesta. Aquella dolorosa respuesta que de un golpe, te lleva a la realidad. Puede que me haya querido, pero no tanto como yo a él.
No puedo seguir esperando algo que no llega. Ya no puedo creer en sus palabras. Solo quiero que esté a mi lado, aunque sea durante unos días de verano. Tras esas palabras, me he dado cuenta de algo...todo lo que era, todo lo que ha sido es un amor de verano. Una persona importante. Un amor cálido. Pero ahí se queda todo.
Decir adiós no es lo que realmente duele, si no regresar a los recuerdos y revivirlos una y otra vez. Una pequeña parte de mi corazón se ha caido, pero su eco sigue ahí, atormentando al resto de las partes que quedan. Pero ¿sabéis algo? Ese eco no durará para siempre. Cada día se va desvaneciendo más, como si poco a poco no me quedara nada de él.
Le habré dicho mil veces ADIÓS. Falsas promesas que ambos hemos roto, pero esta vez, es la palabra más sincera que he dicho nunca, ADIÓS. No pienso dar un paso hacía atrás de nuevo. Seguire adelante, no con un paso, si no con dos.

No hay comentarios:
Publicar un comentario